05 octubre 2017

PALINURO :LA CONMOCION DEL REFERENDUM

La conmoción del referéndum
El referéndum que no iba a realizarse se realizó. Dan fe todos los medios internacionales, los
políticos, las cancillerías y la UE, cuyo Parlamento lo debate. Los dos equipos de observadores
internacionales, si bien dejaron claro que, dadas las adversas circunstancias, el referéndum no
reunió los requisitos internacionalmente admitidos, hicieron una labor meticulosa que los llevó a
concluir la validez del procedimiento frente a la acción represiva de las fuerzas de seguridad en
una operación de estilo militar. A pesar del hostigamiento previo (intervenciones, registros,
confiscaciones, detenciones) y la brutalidad policial del domingo, se votó correctamente en el 98%
de los colegios gracias a la disciplina y el civismo de la gente que, en ocasiones, tenía que
esconder las urnas porque llegaba la policía a requisarlas. Requisas, por cierto, por la violencia
(sin resistencia) y sin fundamentación legal alguna. Si de cultura cívica democrática se trata, la
ciudadanía catalana es un ejemplo.
La clandestinidad. Pero a esto no se llegó de repente o por inspiración divina. "Esto" es organizar
un referéndum para más de cinco millones de votantes, en miles de colegios electorales, con sus
mesas, sus urnas, sus censos, sus papeletas, sus apoderados y presidentes. Y hacerlo en
silencio, a ocultas, en secreto. Un trabajo de meses en la clandestinidad (pues todo lo relativo al
referéndum estaba prohibido y muy perseguido) en el que participaron miles de personas en toda
Cataluña, ciudadanos a quienes se instruyó en sus respectivas tareas y que colaboraron en la
logística de la operación. Por ejemplo, ¿en dónde estaban aquellos miles de malditas urnas que
toda la policía del Estado de uniforme y de paisano buscaba frenéticamente? En las casas de la
gente, en los sitios más inverosímiles, en los huertos, en los árboles. Y, de pronto, aparecieron
todas como por ensalmo a las 07:00 del día D. Contra eso no se puede luchar. No se puede
registrar las casas de siete millones de personas. El fulgor del referéndum realizado, al estilo de la
Kermesse heróica (los españoles no aprenden), podría obscurecer el mérito de ese otro trabajo
callado, intenso, con activistas y voluntarios de la ANC y Ómnium, que forman redes para
organización de todo tipo de actos. ¿Puedo llamarlo la resistencia de un pueblo?
Resistencia en la que cristaliza la conciencia de nación. El Estado lanzó sus fuerzas de represión,
despedidas con vergonzosos gritos de "a por ellos" en otras partes de esa unida España contra
una población pacífica en una jornada electoral. Previamente las había enfurecido de innoble
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5/10/2017 Palinuro: La conmoción del referéndum
https://cotarelo.blogspot.com.es/2017/10/la-conmocion-del-referendum.html?m=1 2/4
modo, manteniéndolas en condiciones infrahumanas en los barcos atracados en el puerto. Parece
que fue una operación de estilo militar orquestada de forma centralizada y cuidadosamente
planificada.Y, si no estoy errado, comandada por Diego Pérez de los Cobos, quien no había podido
acceder al mando de los mossos por negativa expresa de la Generalitat, un hombre de pasado
azul tenebroso. En todo caso queda claro que todo el crédito moral y el respeto que perdió el
gobierno con las brutalidad policial, lo ganó la Generalitat gracias al trabajo de la ciudadanía
catalana.
El mundo de la negación. Queda un enclave de denodados guerreros del "no". Rajoy sigue
diciendo impertérrito que "desconozco ese señor referéndum del que me habla". Sus acólitos o
ministros niegan la celebración del reférendum. Ni sus periódicos les siguen. Hasta el fiel El País
titula "Referéndum de independencia en Cataluña, últimas noticias en directo". Sí le sigue (o le
precede) en el negacionismo el Rey. Mejor dicho, el Rey no niega el referéndum; simplemente lo
ignora, como ignora la brutalidad policial, los cerca de novecientos heridos y los millones de
ciudadanos que fueron a votar en contra de su regia voluntad. Lo ignora todo.
Sobre el alegato real, el post el discurso de la amenaza, el odio y el miedo. Aquí merece la pena
subrayar que, entre las infinitas meteduras de pata del Monarca, no fue la menor dar pie a
Puigdemont a contraprogramarlo 24 horas después en una comparecencia ensombrecía la del
Rey por la forma y por el fondo. Frente a la crispación, el "no" rotundo, el menosprecio y la
arrogancia, un talante afable, dialogante, de concordia y... de firmeza. Siempre abierto al diálogo,
Puigdemont advierte de que el lunes dará cumplimiento al mandato del referéndum. Sí, el
referéndum que no se iba a celebrar y va a dar a luz una DUI con toda probabilidad. Y no solo una
DUI, sino una DUI republicana.
Nada de extrañar que Sáenz de Santamaría responda a Puigdemont con más crispación aun que
el Rey, casi furiosa, afirmando que el catalán está fuera de la ley y de la realidad. Porque para ella,
la ley, su ley, es la única realidad. Los demás somos una mezcla de delincuentes y lunáticos. Un
ánimo adecuado para ser gobernante de nada. De todos modos, la rabia de la vicepresidenta tiene
otro origen: comprobar que no es posible emplear medios militares de verdad para zanjar la
cuestión al hispánico modo. Han mandado un par de buques nodriza o algo así para el catering de
la guardia, pero no pueden enviar un portaaviones, mucho más lucido. Es más, como se le ocurra
a Pérez de los Cobos montar otra operación estilo saco de Barcelona, nos interviene la UE
directamente en aplicación del derecho de injerencia humanitaria.
Todos con el vencedor. La prueba más contundente del triunfo del referéndum es que, de pronto,
el país ha amanecido en una aurora de diálogo. Todo el mundo quiere dialogar. Por supuesto,
todos lo venían pidiendo de antes, aunque no se les oía. Iceta quiere dialogar, los empresarios
quieren que haya diálogo y los curas, cómo no, se declaran prestos a organizar diálogos. El
referéndum que según no sé qué tribunal, no surtirá efectos jurídicos, está moviendo las baldosas
de todos los pactos posibles.
Podemos, nada partidario de perder cuota de pantalla, apadrina una propuesta de mesa de
diálogo para encontrar alguna forma de mediación. Más prudente, imposible. Los contertulios a la
mesa, las afinidades electorales, los del PNV y la minoría catalana con estatus de "observadora".
El PSOE, con el morro fruncido porque Iglesias lo puentea hablando directamente con Rajoy y
Puigdemont. Es verdad que ninguno de los dos le ha dado su apoyo, pero al intermediario le basta
con que no lo echen con cajas destempladas. La iniciativa morada persigue dos fines: el primero
hacer olvidar el ridículo de haber asistido como espectadores no participantes a un referéndum
que ha sido un éxito. El segundo, y dado que mediación tendrá que haber,segundo, y dado que mediación tendrá que haber, reservarse una parte de la dicha cuota de pantalla

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