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04 Nov 2017 09:10 PM PDT
La teoría y la práctica de la revolución
catalana por su altura, su dignidad, su complejidad, su humanidad acapara la
atención en España y Europa. Es el único lugar del Estado en que se habla de
autodeterminación, soberanía, legitimidad, desobediencia, resistencia. Se habla
de lo que se está viviendo. De lo que está viviendo una generación entusiasmada
en una experiencia colectiva única, que dejará honda huella. Por eso hay que
hablar de Cataluña, lo más importante hoy en España y en Europa.
Pero hablar en los términos ajustados a la
situación real, no en los del poder político de la Gürtel y sus adláteres
parlamentarios y mediáticos. Estos siguen sosteniendo que el independentismo
catalán es una cuestión de orden público que se resolverá con (más, y más, y
más) policías y guardia civil y, quién sabe si con milicos. El triunvirato
nacional español y sus mil altavoces no quieren entender que se enfrentan a una
crisis constitucional sin parangón, planteada por millones de ciudadanos.
Imposible saber cuántos porque el propio triunvirato es capaz de cargarse la
Constitución con tal de que no se sepa mediando un sencillo referéndum. No
entienden porque no quieren entender. No importa, mientras Europa siga tutelando
el proceso e impidiendo el recurso a la brutalidad, todo irá bien. En España son
habituales los gobiernos que no entienden lo que dicen gobernar.
Algo parecido sucede con la izquierda española,
la que se encuentra (muy incómoda, por cierto, según manifestaciones de
Bescansa) fuera del triunvirato nacional y enfrentada al independentismo sin
tener ni idea de qué hacer. Fuera del triunvirato porque, en realidad, no lo
considera verdaderamente español ni patriótico. Para español y patriótico,
Podemos, dispuesto a dejar que los indepes catalanes decidan libremente cómo
encajan en el Estado español. Lógicamente, esto los enfrenta a los indepes a
causa de su españolismo tan (supongo) inconsciente como patente. Ignoro si, a
estas alturas, con los representantes de la podrida burguesía neoliberal
catalana en la cárcel o en busca y captura, se sigue manteniendo que el
independentismo es una cortina de humo del 3%. Tampoco importa. La historia ha
pasado y ya no hay modo de subirse al tren de la revolución ni en el furgón de
cola.
Es Cataluña en sí misma la merecedora de
atención por las dimensiones, repito, humanas, a la par que políticas que está
teniendo. Y, por descontado, también económicas y religiosas y de todo tipo. "Lo
personal es político", dice el feminismo de la tercera ola. Tal cual. Como
políticos están en prisión los dos Jordis y medio govern; como político en el
exilio el otro medio. Y también como personas, con sus vidas, sus familias, sus
proyectos cruelmente interrumpidos. Esos hombres y mujeres están en donde están
por fidelidad a sus convicciones que han puesto en práctica por medios pacíficos
y democráticos aunque, según interpreta el gobierno y la judicatura en sólita
unidad de criterio ilegales. Y la fuerza movilizadora de estos símbolos
políticos y humanos será sin duda imparable.
El doble objetivo de alcanzar la independencia
y la liberación de las personas presas tiene una faceta de derecho, ganar unas
elecciones y otra de deber, rescatar a los rehenes que se lo han jugado todo por
la idea. (Aparte: ¿Cómo va a entender esto alguien de la Gürtel?). Siendo
así, los preparativos de las elecciones del 21D deben garantizar el triunfo.
Para ello, la decisión de una lista transversal con PDeCat, ERC, la CUP y gente
de Podem, es la mejor.
JxS cumplió una etapa. Y con pleno éxito. Este
se mide en relación proporcional a la desproporción de la respuesta del Estado
(intervención previa del Rey), el gobierno y sus lebreles, PSOE y C's. Pero la
etapa ha concluido y hay en el horizonte una meta nueva, interpuesta, unas
elecciones ilegales e ilegítimas impuestas por las bravas pero en las que es de
sentido común participar.
Cumplida la etapa, se inicia otra. Nuevos
objetivos, nuevas circunstancias, nuevas fuerzas e ideas. El odre viejo de JxS
ya no sirve. Marcos, 2, 22, "nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque se
rompe el odre y se derrama el vino. Hay que echar el vino nuevo en odres
nuevos". La candidatura transversal es un odre nuevo y muy prometedor. Acoge
todos los elementos de JxS y suma otros de diversa procedencia, como la CUP
(hasta ahora aliada parlamentaria) y los sectores de Podem sensibles a la
demanda independentista. A su vez estos tienen fácil razonar su integración: los
del odre viejo han demostrado ser gente de palabra. Mírese en dónde están.
Además, el ataque del Estado es en todos los frentes. La respuesta solo puede
ser una candidatura única de país.
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05 noviembre 2017
PALINURO 05/11/17
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